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El Nuevo Capricho de Trump: ¿Crónica de una muerte anunciada? … El Desfile que Amenaza La Paz Mundial

Una de las noticias que más impactó la opinión pública esta semana, fueron las declaraciones del vocero del Pentágono Charlie Summers, quien se refirió este martes, al interés del Presidente de los Estados Unidos Donald Trump de celebrar el día de la independencia de ese país, con un gran desfile militar.

La respuesta de los demócratas y republicanos no se hizo esperar, algunos senadores consideran que el despliegue es un franco gasto de dinero innecesario, otros lo consideran un acto oportuno para honrar a los veteranos que tanto han arriesgado por su país. Analistas consideran que la petición al Pentágono, obedece a un mero acto ególatra y a los delirios de grandeza de Donald Trump, quien con su deseo de tener un desfile militar sin precedentes; nuevamente evidencia una personalidad que obedece a la de un niño caprichoso cuando le dice a su padre: -“ Yo lo quiero y lo quiero ahora”.

Aparentemente Trump durante una conversación que sostuvo con el Presidente Enmanuel Macron en septiembre del año pasado, le manifestó su deseo de hacer un desfile militar “como el del día de la Bastille” el 04 de julio de este año en Washington. Pero en nada tiene que ver el desfile militar francés que proviene de una tradición histórica con aquel que imagina el magnate de La Casa Blanca.

Durante el desfile militar en Paris, que tiene lugar cada año, han participado tropas invitadas de Reino Unido y de países de la Unión Europea, (y hago énfasis en esta separación, puesto que prácticamente Reino Unido ya no pertenece a la Unión Europea) e incluso, se ha ondeado la bandera de la Unión, al frente del desfile, en lugar de la bandera francesa, un gesto que tiene un mensaje claro y contundente:- “Unidos somos más fuertes”. Este es un mensaje incluyente, no solo es Francia, es Europea Unida. Por otro lado, contrasta notoriamente el caso del desfile militar que se pretende llevar a cabo este 4 de julio en Washington, donde el mensaje es evidente:-“ Miren que grande es América y miren que grande soy yo”; una especie de “L’État, c’est moi”, de Luis XIV, “El Estado soy yo”, donde se evidencia un autoritarismo con tintes de nacionalismo a ultranza, que llama mucho la atención, sobre todo al evocar a mandatarios como al actual líder del Kremlin o a Kim Jong-un.

Pero llama aún más la atención, la cronología de los acontecimientos. Recordemos que en diciembre pasado, el presidente Donald Trump, en su alocución en relación a su estrategia de seguridad interna, se refirió a Rusia y a China como a estados rivales; cito textualmente :- “…en esta nueva era de competencia”.

No es un secreto para nadie que el poderío nuclear de los 3 países está prácticamente a la par, sin embargo, tampoco es un secreto que Estados Unidos comienza a sentir celos profundos de una China, que crece a una velocidad de más del 6% anual, cuando ellos no superan ni el 2.5% ; que además goza del beneplácito de muchos países que han empeñado los recursos enteros de 3 de sus generaciones, desesperados por obtener el apoyo económico del gigante asiático, y que crece como un cáncer que silenciosamente se esparce pero con eficacia letal. Esto me lleva a pensar en la “La trampa de Tucídides” de la que habla Graham Allison en su libro “Destinado para la Guerra”, que lo que básicamente sugiere, es que cuando un gran poder amenaza con desplazar a otro, la guerra casi siempre es el resultado.De acuerdo a esta teoría, la guerra probablemente no sea con Corea del Norte… ¿Estaremos frente a una una guerra nuclear de dos súper poderes? ¿Seremos testigos de una guerra entre Estados Unidos y China? Esperemos que en este caso no se cumpla la trampa de Tucídides.

 

Publicado en Diario Judio

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